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La Casa de los Jesuitas, así llamada por la
tradición, perteneció posiblemente al conjunto de viviendas que
construyera Nicolás de Ovando al fundar la ciudad en la parte occidental
del río Ozama Al Parecer desde el año 1711 la casa fue habitada por
miembros de la orden de San Ignacio de Loyola Allí funcionaría por un
tiempo el Colegio de Santiago de la Paz y de Gorjón.
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Con la expulsión de los jesuitas en el año de 1767,
el lugar pasó, por las manos de varias familias, hasta que el gobierno
dominicano la obtuvo de la Sucesión Ricart. La planta de la casa
tiene forma de una letra L, cubriendo poco más de 800 metros. Según
resumen de María Ugarte, la casa tiene arquería de ladrillos que "encuadra
con el alfiz morisco y que en la Casa de los Jesuitas tiene dos vanos y se
repite en la segunda planta."
Es muy importante la influencia mudéjar en
la casa. Tiene interesantes arcos que dan al patio interior desde los
balcones también interiores, así como arcos que también comunican las
dependencias interiores. Los muros de la parte alta de la citada
edificación miran hacia el patio desde el piso superior, lo que es sin
dudas una de las características de las casas de este período en la ciudad
colonial de Santo Domingo.
Es muy posible que en la llamada Casa de los
Jesuitas se albergaran, además de cierto número de sacerdotes, aquellos
que durante años impartieron docencia y colaboraron con la cátedra a
partir del paso del Colegio de Gorjón a manos de la Compañía de Jesús.
No se sabe a ciencia cierta si cuando se
inician los trabajos de la Iglesia, en el siglo XVIII, la casa estuviera
habitada por ellos. Pero la cercanía de ambas edificaciones hace suponer
que mientras se llevaron a cabo los trabajos de la Iglesia y Colegio,
cuyos inicios serían según Fray Cipriano de Utrera, en el año de 1714,
hubiese ya inquilinos de la Orden. No obstante, no es sino en 1743-45,
cuando se dispone y se abre al culto. En 1744, cuando la iglesia es
terminada, la Casa de los Jesuitas sería el punto básico de vida y
actividades religiosas de quienes atendían el
recinto. |