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Ubicada en la esquina formada por las calles
Arzobispo Meriño y Padre Billini, en la acera sur, la Casa de Tostado una
de las pocas edificaciones americanas que tienen ventana germinal, de
aspecto gótico. Se considera que esta característica arquitectónica la
hace un ejemplar sin repeticiones en la arquitectura americana.
Dotada de amplias habitaciones, interiores
espléndidos y un portal de cantería de excelente factura, sus arcos de
ladrillos son de lo mejor logrado en la arquitectura colonial del siglo
XVI.
Siendo un edificio de dos plantas, su espacio sur
miraba hacia el mar Caribe, y según la opinión de María Ugarte, persona
entendida en este tipo de información, era en la parte alta de la casa en
donde "discurría la vida cotidiana de sus habitantes".
Ello se manifiesta en las grandes
habitaciones superiores, comunicadas por pasos con arcos de medio punto y
dinteles.
La historia de la casa es extensa. Primero
propiedad de la familia Tostado, luego propiedad del alguacil Francisco
Rodríguez Franco, así como de otras familias, llegando a ser Palacio
Arzobispal antes de su posesión por el Estado dominicano.
E1 actual mirador, motivo de discusión en
algunas ocasiones, fue levantado por la Oficina de Patrimonio Cultural en
1970, basándose en documentos de la época, siendo un techo de cuatro
aguas, puesto que en "el siglo XVII tuvo la casa en la azotea un
mirador cuadrado sobre arcos y pilares cubiertas de tejas dobladas".
Según los estudios arqueológicos llevados a
cabo en el patio, el mismo debió ser una huerta o conuco, con pozo de
regadío de unos 40 pies de profundidad, con brocal, en donde debió haber
canalización para regadío, como era común en las propiedades de tamaño
considerable. |