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Se
supone que en 1540 la Basílica Metropolitana, Primada de América, había
sido ya totalmente levantada. Según el; arquitecto Eugenio Pérez
Montás entre los años de 1520 y 1535 y en medio de numerosas
contradicciones, el edificio fue eregido.
La iglesia Catedral de Santo Domingo representa una
Joya desde todo punto de vista, y fue el arzobispo Alessandro
Geraldini el mayor promotor de la obra, en la cual trabajaron los
arquitectos Luis de Moya y Rodrigo de Liendo. La fachada oeste
de la Catedral debe considerarse como una de los arquetipos de la
arquitectura americana.
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Frente al occidente, en un atrio con
almenas rematadas en puntas, las hornacinas con figuras de santos son un
elemento vivo de la misma. En todo sentido renacentista, pero con gran influencia
gótica en sus nervaduras interiores, la Catedral es un poema
forjado en la mejor piedra en el mejor sistema de cantería. La longitud
de su nave central es de 54 metros y el ancho de las tres naves es
de 23, alcanzando una altura de nivel de piso a bóveda,
de unos 16 metros, con un área de construcción de tres mil
metros cuadrados. Las puertas del Siglo XVIII son de caoba dominicana.
Catorce capillas laterales construidas
en épocas diversas flanquean el centro de la nave principal. Los
monumentos sepulcrales ubicados en el interior de la Catedral
son realmente Obras de Arte, tal y como lo revelan la tumba del
Obispo Rodrigo de Bastidas y la de Alejandro Geraldini,
iniciador de la obra. la tumba de Bastidas es gótica adaptada al
gusto renacentista, según Walter Palm. Esa mezcla de conceptos góticos
y renacentistas, son un elegante contrapunto en el tránsito de estas
ideas estéticas aún en lucha en la España del siglo XVI.
La portada oeste de la Catedral,
con su cantería amarilla solar, sus dobles arcadas y hornacidas, sólo
se repite en algo en las líneas de la Catedral de México, sin
embargo este encaje que se mueve con las luces de occidente no se encuientraen
ninguna otra de las catedrales creadas por España en América.
Sin dudas que la Santa Iglesia Basílica
Catedral de Santa María de la Encarnación, debe considerarse como
una joya sin precedentes en tierra del llamado Nuevo Mundo.
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