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La Iglesia de San Miguel puede considerarse
de las construcciones coloniales tardías. Erigida en el año de 1765, en
donde antes hu-bo una iglesia de madera y paja, pasó a ser la capilla del
barrio del mismo nombre. Se trata de una planta con una sola nave con tres
tramos y ábside poligonal.
Se caracteriza por su bóveda de arcos llamados
"torales", y presenta contrafuertes hacia el exterior. Pertenece al
conjunto de iglesias menores planificado y llevado a cabo en la isla de
Santo Domingo durante el siglo XVIII.
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Esta pequeña iglesia se corresponde con el barrio
del mismo nombre, uno de los más antiguos de la ciudad, en secuencia con
los barrios de San Antón y San Lázaro, todos casi recostados sobre las
murallas de la vieja ciudad, y principalmente junto al paño o los paños
terminados en 1702.
La obra es de tipo popular, y en los primeros años
del presente siglo en su parte oeste, hacia la zona de lo que fue-ran
solares baldíos, se fue acumulando gente hasta formar el barrio llamado
desde antes Jobo Bonito, por la presencia de arboles de jobo (Spondias
sp.) en la zona.
Fue tradición que en épocas de carnaval la zona de
San Miguel se distinguiera, según los folkloristas dominicanos, por sus
máscaras y especialmente por la representación de los diablos cojuelos,
llamados "diablos mígueletes", para recalcar su lugar de origen.
"Migueletes" también eran llamados los habitantes de San Miguel.
Antes de la reconstrucción de que fuera
objeto en el siglo XVIII, la ermita de San Miguel se menciona desde 1650
cuando aún era de madera, y el santo como "protector contra las
viruelas". E. Walter Palm considera que su aspecto actual se debío a
que fúe destruida la iglesia de paja por el terremoto de 1751, siendo
objeto de reconstrucción en 1765. El proyecto de Código Carolino, para el
tratamiento de los esclavos, -texto que nunca fue ejecutado-
"disponía el traslado de todas las cofradías de negros a esta
iglesia". |