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En el lugar de la posterior Puerta del Conde
existía el Bastión de San Genaro, por lo que la Puerta del Conde, en sus
inicios, pudo haber sido parte del citado bastión, sin que hasta el
momento haya confirmación de ello. Esta parte de la muralla fue modificada
en el año de 1655, luego que ingleses al mando de Penn y Venables,
invadieron el territorio de Santo Domingo siendo rechazados por tropas al
mando del Conde Peñalba.
La Puerta del Conde, tal y como la conocemos
hoy, alcanza sus líneas a partir de finales del siglo XVIII, muy
posiblemente durante la consolidación de la muralla norte de la ciudad y
la conversión de muchos de sus paños en zonas de defensa.
La Puerta del Conde tiene grandes historias,
pero la principal de ella es la reunión en aquel bastión de los
independentistas para completar el grito de independencia lanzado en La
Misericordia, unos metros más al sur. Allí recibieron los patriotas armas
y pertrechos suministrados por los Regimientos 31 y 32 de Haití,
integrados por dominicanos y morenos libres, bajo el mando de los
coroneles dominicanos Feliciano Martínez y Manuel Mora.
La Puerta del Conde estaba protegida por un
foso que mira hacia lo que es hoy el sector de San Carlos, zona que por su
altura fue siempre estratégica para cualquier ataque a la capital, no sólo
en el período colonial, sino ya en épocas republicanas.
Durante muchos años la Puerta del Conde fue la tumba de
Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez,
hasta que los restos de los padres de la Patria encontraron reposo
definitivo en el panteón construido por el gobierno dominicano en el mismo
parque o Plaza de la Independencia, pocos metros al oeste de la Puerta del
Conde. |