|
Los primeros asomos de la industria
azucarera en Santo Domingo se remontan al año de 1506, cuando colonos de
La Vega cultivan allí la caña de azúcar traída de las Islas Canarias.
Gonzalo de Veloso sería el primer cultivador.
El palacete es la construcción de mayor
interés en el área. Su fachada principal se abre con galerías en las dos
plantas del edificio, con columnas de tipo toscano.
El sitio fue restaurado en 1963 por el
Ingeniero Ramón Báez López-Penha, y Pérez Montás encuentra en la obra
"Reminiscencia del Estilo de los Reyes Católicos", por lo que hay que
suponer la posible presencia de almenas desaparecidas, y ciertas
características de orden castrersse comunes a las casas-palacios en las
cuales la necesidad de aplicar sanciones y de posible defensa en caso de
rebeliones, eran elementos tomados en cuenta al hacer una construcción. El
palacete de Engombe está logrado en sillares ensamblados que le
proporcionan líneas recias y firmes, con remate en dos arcos en el piso
bajo y dos en la segunda planta, con escalera interior de buena anchura
para el acceso a las habitaciones íntimas de los dueños.
Se trata de una de las casas-palacio más
interesantes de la isla de Santo Domingo, comparable con la de Palavé, en
el camino de Manoguayabo y con la casa-forte de Juan Ponce de León, mucho
más antigua que la de Engombe. |