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En la calle Hostos, dónde se forma la
esquina con la calle Luperon, se levantan las ruinas del que fuera el
primer hospital de América, el hospital de San Nicolás de Bari, iniciado
por los mandatos del entonces gobernador de la isla de Santo Domingo, Frey
Nicolás de Ovando. Se señala que la obra pudo haber comenzado en
1503, sin embargo otras opiniones ubican los inicios posiblemente luego
del año de 1504.
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El hospital era a la vez iglesia. En 1519,
mucho después de haber desaparecido Ovando, la primera fase de la obra ha
sido terminada. Según E. Walter Palm, San Nicolás de Bari tal y como le
conocemos hoy, con su ingente estructura, no fue obra de Ovando, puesto
que el hospital fundado por el gobernador fue un recinto de madera y paja.
Fue la Cofradía de Nuestra Señora de la
Concepción, la que en 1533 continuó con la construcción del momento cuando
se trazaron los elementos modernos del edificio, creándose sus
dependencias. Ya en 1552 el hospital llegó a su esplendor, puesto que el
número de enfermos que podía mantener llegaba a los 60, atendiéndose en el
mismo alrededor de 700 personas por año.
Desgraciadamente el edificio es abandonado
desde mediados del siglo XVIII o quizás poco después. Los motivos de tal
abandono son casi desconocidos, pero pudieron ser los sismos del siglo
XVIII, y lo cierto es que ya a comienzos del siglo XIX el edificio es una
ruina. Más tarde y con la finalidad de usarlos en otras edificaciones, se
extraen materiales del sitio, el que en septiembre de 1930, con el ciclón
de San Zenón, recibió daños irreparables para los fines de una visión
correcta de todos sus espacios.
El hospital de San Nicolás de Bari fue de
los pocos edificios que el pirata Francis Drake respetó, quizás por
consideración a los enfermos o al tipo de institución benéfica que
funcionaba en el sitio, en donde además, no existían riquezas que
saquear. |